El Gran Teatro rozó el lleno total en la segunda jornada del Carnaval Colombino, que cumple 25 años
La comparsa valverdeña El reino de los lunáticos actuó antes del descanso de la segunda jornada carnavalera.
La noche era fría después del espléndido día de ayer pero eso no fue un freno para los cientos de onubenses que se aventuraron a disfrutar a lo grande de una nueva jornada de Carnaval Colombino. En la caseta de El Pati y La Tahona no cabía un alfiler y la Plaza del Alcalde Coto Mora mostraba su mejor cara, tomada por Don Carnal en su más pura esencia: los disfraces asomaban bajo los abrigos de muchos, las caras pintadas y los bombos y guitarras por los suelos anunciaban una nueva jornada de diversión pagana que viene este año con los polvorones aún en el tragadero.
Despertaba el Gran Teatro a la segunda jornada del Carnaval Colombino más ambientado aún que el viernes, tal vez por ese dicho de que sábado, sabadete... y el resto. Se abría el telón pasadas las 21.30 horas para recibir a la comparsa de Cortegana 'Pasiones terrenales', dirigida por Fernando Barrallo. Vestidos con disfraces de fantasía en colores rojos, azules y verdes, los serranos rebosaban juventud y ganas por cada uno de sus poros. En el estribillo, la purpurina volaba por los aires sorprendiendo a un público que siguió con atención las letrillas de José Menguiano.
Luego llegó el turno para los más confundidos de la noche, los de la murga 'Los despistaos'. Gustó esta murga desde el principio al público onubense. Los valverdeños lucían un simpático tipo ataviado con peine en la cabeza, tirantes del revés, etiquetas por fuera y rodilleras en el trasero. El primer punto del repertorio estuvo en la presentación. Bajó un telón en el que se podía leer: "Kiko, acuérdate de pintar el telón", y más abajo: "Vale, ¿de qué color?", firmado por Kiko. Los pasodobles, uno de apoyo al Recre y otro sobre el carné por puntos conmovieron al patio de butacas. Los dos cuplés y el popurrit hicieron el resto para conseguir meterse al público en el bolsillo.
De nuevo otro grupo de Valverde del Camino volvía a deslumbrar al Gran Teatro. Esta vez eran 'El reino de los lunáticos', bajo la dirección de Javier Castilla y con letra y música de David Castilla y José Eusebio Mora. Arropados por sus paisanos, que les jalearon durante toda la actuación, los comparsistas se entregaron y tocaron la fibra sensible de la platea con sendos pasodobles dedicados a las bodas de plata del Carnaval de Huelva y a la recientemente fallecida Amparo Correa.
Después del descanso, 'Los caipiriñas' sevillanos de Cristóbal Porras, abonados a las semifinales del concurso colombino, sorprendieron con un tipo divertido que hizo pasarlo en grande al respetable con sus ácidas letras y sus sones caribeños.
Los más vitoreados de la noche fueron, sin duda, los de la comparsa local de Diego Vega. 'El reino de la alegría', onubense de la capital, derrochó arte sobre las tablas del escenario. Y es que el tercer reino de la noche (tras el de los lunáticos valverdeños y, cómo no, el de las choqueras de honor), se ganó el fervor del respetable con sus letras de Blas Miguel Hernández, Jesuli Perojil y Diego Vega, de gran calidad y buen hacer. Los cordobeses de 'Pa descubrimiento, descubrimiento, la tortilla de pimientos' trataron de hacer reír al respetable, que le ofreció lo mejor de sí mismo en la segunda jornada carnavalera.
Fuente: Huelva Información
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